Casa histórica única en el corazón de Cadaqués

Esta propiedad excepcional, situada en pleno centro de Cadaqués, es una de las casas más antiguas e icónicas del pueblo. Fue comprada en 1969 como una ruina por el célebre artista británico Richard Hamilton y restaurada con gran cuidado, preservando el encanto histórico que lo cautivó. Desde entonces ha permanecido en la misma familia, y ahora sale a la venta por primera vez en décadas.

Descrita por el arquitecto Franco Bombelli como “la mejor casa de su tipo en Cadaqués”, es una joya arquitectónica donde conviven siglos de historia y toques contemporáneos integrados con sensibilidad. Las intervenciones de Hamilton, admiradas por su equilibrio entre modernidad y tradición, son hoy un referente en restauración patrimonial.

En 2011, su hijo heredó la vivienda y realizó una modernización respetuosa: nuevas instalaciones eléctricas y de fontanería, aire acondicionado y actualización de suelos y baños, manteniendo la estética original.

La casa se distribuye en tres niveles. Se accede por un portal de piedra arqueado con el emblema de la Casa de Ampurias, que conduce a un amplio vestíbulo. En la planta baja hay lavandería, un comedor abovedado conectado a la cocina y un gran salón, también abovedado, con estufa de leña y dos zonas de estar, ambos con salida al jardín. En la parte trasera, un jardín privado de 125 m² ofrece tranquilidad, privacidad, parterres elevados y pavimento de pizarra local, ideal para comer al aire libre.

En la primera planta se encuentran tres dormitorios, incluido un llamativo dormitorio abovedado con altar, pila bautismal y detalles decorativos reinterpretados por Hamilton, con balcón a la calle. La suite principal dispone de baño en suite y balcón tipo Julieta al jardín. Un pasillo de doble altura con claraboya ilumina y climatiza la planta, que se completa con un baño para invitados y una estancia contigua con chimenea, terraza y acceso exterior al jardín.

La segunda planta alberga un estudio de artista con claraboya, chimenea, aire acondicionado, fregadero y acceso a la azotea, desde donde se disfrutan vistas a la iglesia, el casco antiguo y el mar.

La propiedad incluye un amplio garaje doble en la bahía de Port Alguer, apto para dos coches o un vehículo con remolque de barco, un bien escaso en el pueblo.

La casa ofrece gran potencial de reconfiguración: el salón de la primera planta podría convertirse en un cuarto dormitorio, y el estudio superior —ya con tomas de agua— permitiría crear dos dormitorios adicionales y un baño, logrando hasta seis dormitorios y tres baños sin perder su carácter histórico y artístico.