Zona: Llagostera

Descubre una joya histórica del siglo XII en el corazón de Llagostera, Girona, una finca extraordinaria que combina tradición, lujo y un entorno natural sin igual. Con un vasto terreno de 137 hectáreas, esta propiedad ofrece múltiples posibilidades tanto para quienes buscan un refugio exclusivo como para inversores con visión. A tan solo 25 minutos de Girona y a un paso de la Costa Brava, la finca está estratégicamente ubicada para disfrutar de la tranquilidad rural sin renunciar a la cercanía de los principales puntos de interés.

La propiedad alberga dos masías completamente restauradas, preservando su encanto original y equipadas con todas las comodidades modernas. Una de las joyas de la finca es la masía principal, datada del siglo XII, que se erige majestuosa con sus 12 habitaciones y 9 baños. Cada rincón de esta residencia ha sido meticulosamente reformado, respetando su carácter histórico, desde las imponentes paredes de piedra hasta las bóvedas catalanas y frescos que decoran sus espacios.

El terreno de la finca es igual de impresionante: 35 hectáreas dedicadas a olivares que producen alrededor de 15.000 litros de aceite de oliva al año, 15 hectáreas para el cultivo de trigo, y un extenso pantano con una capacidad de 160.000 m³ de agua, ideal para abastecer la finca en su totalidad. Además, la propiedad cuenta con una granja no operativa, brindando un potencial adicional para quienes deseen revitalizarla.

Los exteriores de la finca son un oasis en sí mismos. Un amplio patio interior rodeado de arcos y bóvedas recuerda a los antiguos claustros monásticos, con un naranjo en su centro que aporta frescura y vida. La finca también incluye un jardín exuberante con un porche de verano ideal para relajarse, una piscina perfecta para los días calurosos, su propia capilla privada y una encantadora casa de invitados.

Este enclave es perfecto para aquellos que sueñan con desarrollar un hotel boutique, un complejo rural o simplemente disfrutar de una residencia privada en un entorno de inigualable belleza natural. A menos de una hora de Barcelona y con las mejores playas de la Costa Brava.

Sumérgete en la fascinante historia de esta propiedad, meticulosamente restaurada y transformada alrededor de 1907 por el renombrado arquitecto barcelonés Modest Feu. Desde la fachada hasta los suelos, las cristaleras y el garaje, la masía se metamorfoseó en una mansión modernista impresionante, aunque recobró su estilo original de masía catalana en la década de 1950.

Explora cada rincón de esta propiedad única, desde la capilla barroca dedicada a la Virgen de los Dolores hasta la chimenea en el piso superior y la reja del patio trasero, diseñadas y realizadas por el visionario Gaudí en sus primeras creaciones. Admira el patio delantero ajardinado de 2266 m², con espacio suficiente para instalar una carpa y baños, y que cuenta con un pozo de la masía original. Dos entradas, una desde el garaje modernista y otra desde el estacionamiento exterior, facilitan el acceso.

El patio trasero, de 2266 m², presenta un estilo más relajado, con árboles y arbustos listos para dar forma a tus proyectos, junto con el garaje modernista de 153,95 m², un porche de 80,14 m², la masía anexa de masoveros con tres habitaciones y 471 m² de superficie, y muchas sorpresas más.
El potencial agrícola de las tierras de cultivo y la explotación forestal es significativo, ya que la finca está rodeada de extensos campos y bosques para la extracción de corcho, todos incluidos en un plan técnico de gestión forestal (PTGMF).

Cada planta de la masía despliega un mundo propio, desde el gran hall de entrada con las típicas arcadas de la masía catalana en una planta baja impresionante de 447,10 m², hasta las diferentes habitaciones en suite y las estancias de servicio en la primera planta de 427,10 m², que exhibe suelos adornados con baldosas modernistas de diversos diseños, aportando un toque de elegancia y sofisticación difícil de encontrar en la actualidad.

El salón imperio, núcleo central con una decoración impecable y un ambiente cálido y acogedor, es la pieza maestra de esta planta.

En la segunda planta, con 409,7 m², se extiende una amplia sala de billar, pequeñas estancias y baños de la época en que el servicio vivía en la casa. Desde allí, se accede a la terraza más elevada de la masía, que ofrece vistas panorámicas a los bosques de la finca y hasta el mar en días despejados. Las habitaciones de esta planta cuentan con terrazas privadas, y todas las plantas están conectadas por una escalera interior de servicio que completa esta majestuosa propiedad.

Esta masía es un sueño hecho realidad para los apasionados de la historia y la arquitectura. No dejes pasar la oportunidad de vivir una experiencia única en esta masía del siglo XII que perdura en el tiempo, en un entorno natural y majestuoso que te cautivará. Ven a visitarla y déjate enamorar para siempre.